El día 11 de febrero de 2013, la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía, y como inicio de las diversas actividades a realizar durante el año 2013 con motivo del 25º aniversario de su constitución, en 1988, celebró un acto en homenaje a don Luis de Salazar y Castro, Cronista de castilla y Comendador de Zorita de la Orden de Calatrava, conocido como el príncipe de los genealogistas.
Don Luis de Salazar falleció, a sus 75 años de edad, en su domicilio de la calle del Pez, de Madrid, el día 9 de febrero de 1734, y, de acuerdo con su testamento, fue enterrado el día 10 de febrero, en el cercano monasterio de Nuestra Señora de Montserrat, existente en el actual nº 79 de la calle madrileña de San Bernardo, a cuya biblioteca legó su monumental obra, hoy en la Real Academia de la Historia.
Después de muchos avatares históricos, conocidos de todos, la lápida de don Luis se mantiene, presidida por su conocido escudo de armas, sobre una cruz de Calatrava, en el centro del suelo de la capilla de Santo Domingo de Silos de la actual iglesia de Nuestra Señora de Montserrat.
El Director de la Academia, don Jaime de Salazar y Acha, acompañado de la Mesa académica y de numerosos Académicos Numerarios y Correspondientes, así como de numerosos amigos de la Real Academia y diverso público, singularmente del Instituto de Estudios Madrileños, representado por su Administrador don Luis Miguel Aparisi Laporta y del Centro de Estudios Montañeses, representado por su Vicepresidente, padre don José María Alonso del Val, así como de don José María, actual prior de la iglesia madrileña de Montserrat, depositó una corona de laurel en la cabecera de dicha lápida.
Tras ello, el propio Director de la Real Academia, pronunció unas breves palabras para señalar la significación que, para nuestra Corporación, tenía este acto, que entendía entrañable, ya que con él se inicia un año de celebraciones con motivo de las bodas de plata de la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía; y entendió la Mesa Corporativa que no podía iniciarse este año sin el recuerdo emocionado a quien fue conocido como Príncipe de los genealogistas.
A continuación, resumió su propia reseña biográfica sobre de don Luis de Salazar y Castro, incluida en el Diccionario biográfico de la Real Academia de la Historia, desde su nacimiento, en Valladolid, su pronta orfandad, sus inicios como paje de importantes personajes, sus estudios, su temprana afición por la revisión de documentos, su ingreso en la Orden de Calatrava, su rigor científico, casi impropio de aquellos momentos, su gran aceptación en la Corte, sus matrimonios sin descendencia, su permanente buena salud y su final muerte, a una edad más que avanzada para entonces, los 75 años, pasando por su ingente obra y el recorrido que ésta ha tenido desde su muerte hasta el momento actual, su entierro en Montserrat y su amistad con el bibliotecario de este Monasterio, padre maestro Fray Diego Mecolaeta, quien sería el que le aconsejara dejar a dicho Monasterio toda su obra.
Terminado el acto, se retiraron los presentes.