El Profesor don José María de Francisco Olmos tomó posesión del sillón de Académico de Número en un acto público que tuvo lugar el pasado 18 de junio en la Torre de los Lujanes. Su discurso de ingreso versó sobre Las monedas genealógicas. El uso de la tipología monetaria como medio de propaganda dinástica en el Mediterráneo (ss. II a.C. – XV d.C.). El nuevo académico destacó la importancia de la moneda, no sólo como fuente básica para los estudios de heráldica y genealogía, sino como documento político de primer orden. La moneda está acuñada y respaldada por el poder y debe ser entendida como un instrumento del gobierno y su mejor medio de propaganda política.
discurso de ingreso
Durante siglos ha sido la única imagen del Poder ante el Ciudadano, que sabía quiénes eran sus gobernantes y cuál era su legitimidad a través de las estampas y leyendas monetarias, que nos muestran unos mensajes codificados que se mantienen a través del tiempo y han llegado a nuestros días con una fuerza no superada por ningún otro tipo de documento. El Profesor de Francisco hizo un somero repaso de la historia de la Numismática y de su relación con otras ciencias, aportando numerosos ejemplos de su importancia genealógica, ya sea comentando el caso de los primeros reyes Ptolomeos en Egipto, o las monedas de la Casa de Sajonia de los siglos XV al XVII, donde pueden llegar a aparecer los retratos y nombres de varios personajes, de dos hasta ocho, padres, hijos, hermanos, sobrinos, tíos, primos, etc., que muestran la unidad de la rama familiar y el gobierno conjunto de sus estados; terminando con ejemplos actuales, de los siglos XX y XXI. El nudo del discurso lo desarrolló en cuatro grandes ámbitos: Roma, en sus etapas republicana e imperial, Bizancio y el Islam medieval, centrado en la zona de al-Andalus. Los tipos y leyendas de las monedas ofrecen información precisa sobre las relaciones familiares. En la República romana se encuentran referencias a los antepasados míticos de las grandes familias senatoriales, a las gestas de ancestros que sirvieron al Estado en la paz y en la guerra, o a la legitimación del acceso al cursus honorum a través del linaje. En la época imperial las monedas sirvieron para glorificar a la familia imperial en su conjunto, ya sea como referente a la llegada al trono de un gobernante o como garantía de la continuidad de la dinastía. En Bizancio su uso fue vital para entender los complicados mecanismos de acceso al trono, ya que al no existir ley de sucesión, en muchas ocasiones las asociaciones al trono y las nuevas alianzas matrimoniales servían para mostrar a todos los súbditos una continuidad en el gobierno, y sobre todo buscaban apoyar una tendencia al legitimismo dinástico, que encontraba en la moneda su mejor medio de propaganda. Por último en el Islam dominaba la epigrafía, no había imágenes. En las leyendas figuraba el nombre del gobernante en toda su extensión, para luego ir añadiendo el del heredero designado, remontándose así hacia atrás en la genealogía del gobernante en las monedas de los almohades y llegando a su extremo con las nazaríes de Granada, donde podían aparecer citadas hasta siete generaciones, además de la referencia dinástica general. El discurso fue muy ameno y didáctico, mostrando el gran conocimiento del autor sobre el tema y aportando numerosos datos históricos.
Fue contestado por el Académico de Número don Fernando García-Mercadal y García-Loygorri, que glosó el extenso y brillante curriculum vitae del nuevo académico además de hacer algunas reflexiones sobre el contenido del discurso.