Reproducimos aquí el discurso que don Guillermo Kemel Collado Madcur, presidente del Centro de Genealogía y Heráldica de San Juan, Argentina, pronunció el 16 de junio de 2011 con motivo de la inauguración del Congreso de Genealogía y Heráldica de San Juan de la Frontera.
«Hace ya medio siglo, en esta misma Ciudad y a sólo una cuadra de este solar, el Dr. Alfonso Eduardo Díaz Cano, acá presente, declaraba inaugurada la Iª Reunión Americana de Genealogía y Etnología Sociológica diciendo: “Después de cuatro siglos, desde la conquista, la Nación está en marcha, y para dar pasos seguros en procura de su destino, necesita reencontrarse en la Historia y en la Sociología.” para agregar luego “toda forma de cultura está determinada por el profundo conocimiento de sí mismo. Igual pasa a los pueblos.”. Hoy retomamos estos conceptos y pretendemos hacerlos carne en este Congreso de Genealogía y Heráldica de San Juan de la Frontera. Muchos hechos han transcurrido desde aquella fecha. No fuimos nosotros quienes emprendimos esa iniciativa, pero nos sentimos orgullosos de que haya sido nuestra Ciudad el escenario propicio de un hito que marcó el desarrollo de nuestras disciplinas en todo el continente. Y fue precisamente ese hito el que nos inspiró a organizar este Congreso este año en esta Ciudad.
Y tanto ayer como hoy, fue la figura de nuestro comprovinciano D. Domingo Faustino Sarmiento, tan admirado como resistido, el numen que inspiró a ambos encuentros. Quizás haya sido él el primer genealogista sanjuanino, al haber publicado en la primera edición de su tan mentado “Recuerdos de Provincia” una genealogía de su familia, poniendo énfasis en aquellos personajes que hubieran tenido actuación destacada y emitiendo, por vez primera, la afirmación que tantos desvelos nos provocó y provoca a muchos genealogistas sobre la identidad de doña Teresa de Asencio. Árbol genealógico éste tan interesado, omiso y hasta distorsionado como muchos otros de su época, pero que, seguramente, el haberlo hecho, bien puede haberse debido a alguna necesidad en particular y que, si nos ponemos a rastrear en nuestra historiografía lugareña, muy probablemente haya dejado sentado el precedente inicial.
Cuando en 2006 asistimos a la inauguración del Congreso Nacional de Genealogía del Pago de los Arroyos en Rosario, mi colega Raúl Linares Araya leía una brillante descripción de esa ciudad litoraleña por parte del reconocido escritor Arturo Capdevila. Y este mismo escritor también acuñó una célebre frase referida a San Juan, nombrándola “ciudad de las estatuas”, por la cantidad de esculturas que cuando la visitó había observado en ella, así como por la cantidad de personajes destacados que esta misma Ciudad aportó a la Nación. Y retomando esa célebre frase de Capdevila, querría manifestar que con la fundación de nuestro Centro y la organización de este Congreso, de alguna manera, nos hemos propuesto “darle vida a las estatuas”, no necesariamente para endiosar ni demonizar a tal o cual persona ya fallecida, sino en todo caso, para ubicarla en su justa dimensión humana, de carne y hueso, con cualidades y defectos, con aciertos y desaciertos, para contribuir a su conocimiento, para imitar sus buenos ejemplos y evitar alguna acción de carácter perjudicial.
Creamos el Centro de Genealogía y Heráldica de San Juan un 14 de agosto de 2004 y desde ese momento confluimos (en pretérito) y confluimos (también en presente) genealogistas y heraldistas aficionados, historiadores, archivistas, bibliotecarios, museólogos, periodistas, dibujantes especializados en temas históricos, aficionados a la fotografía documental y portadores de memoria colectiva de una y otra familia tradicional. Ni nuestro Centro ni este Congreso pretenden ser de consagrados. En mayor o menor medida somos todos aprendices uno del otro. Entendemos a la Genealogía como una construcción colectiva y por ende, necesariamente solidaria. Es por ello que concebimos a este Congreso como un todo integrado, no sólo con paneles de especialistas, mesas de ponencias, y presentación de publicaciones, sino también con exposiciones, tanto de Heráldica como de historietas con contenido histórico, dibujos sobre algunas anécdotas familiares, caricaturas de personajes históricos, fotografías documentales, así como piezas museográficas familiares.
A casi 450 años de la fundación de San Juan, hemos convocado a reflexionar y disertar sobre genealogía no sólo de vecinos fundadores, sino también de aquellos habitantes que ya poblaban nuestro suelo antes de la llegada del primer europeo, de aquellos otros seres humanos que debido a una decisión política y a una superioridad bélica fueron extrapolados de su tierra original para insertarlos en ésta en contra de su voluntad [quizás, solamente, porque hayan tenido un color de piel distinto] y por último, incluir a las familias de aquellos que, algún siglo después, migraron en grandes masas desde países entonces centrales hacia países también entonces periféricos, impulsados por guerras, pestes, sequías, hambrunas, además del desarrollo de la navegación a vapor, el ferrocarril y algunas políticas propiciatorias en el orden local. Creo, sinceramente, que la disciplina genealógica argentina estaba en deuda con el proceso social de la inmigración. Y cuanto más hemos indagado sobre esta problemática, más hemos advertido que el mismo tipo de red familiar de contención y de sustento que se dio durante la conquista, se dio también en el período de la inmigración. En este mismo sentido, hacemos propicia la oportunidad de este Congreso para presentar la Publicación Nº 4 de nuestro Centro, que tendrá por temas la genealogía y heráldica de la familia de D. Domingo Faustino Sarmiento, así como genealogías de familias de inmigrantes de origen español. Por último, hemos querido, por primera vez, abrir un espacio a aquellas personas que tienen en su poder árboles genealógicos propios o heredados, acabados o por acabar, o bien álbumes familiares, documentos, fotografías o cuadros, que desearen socializar, para, entre todos, darse mutua idea acerca de cómo continuar.
Debo manifestar mi inconmensurable alegría de tener a todas estas caras juntas, al menos, por una vez, en San Juan. Soy consciente de que varios de ustedes han recorrido una larga distancia para llegar hasta acá, exactamente la misma distancia que recorremos los sanjuaninos cada vez que asistimos a un Congreso fuera de nuestra Provincia.
También deseo manifestar mi profundo agradecimiento a todas las personas o instituciones que de una manera u otra han hecho que este sueño se haya convertido en realidad. Soy un convencido de que para que estas cosas salgan hacen falta “muchas personas que trabajen mucho” y ello sucedió en esta oportunidad.
Nuestra Ciudad, fundada hace casi cuatro siglos y medio por el general español Juan Jufré y Montesa, fue siempre pasible de inundaciones, terremotos, revoluciones, invasiones, intervenciones, juicios políticos y hasta asesinatos de gobernadores, así como golpes de estado. Sin embargo, hay algo que ha perdurado a lo largo de su ya dilatada existencia y es, precisamente, el vínculo familiar. Y son, quizás, estos vínculos los que hayan inspirado al poeta sanjuanino Luis Jorge Bates, después del terremoto de 1944, a decir:
“Es en vano, magüer tus estertores,
potro salvaje, tierra embravecida,
no lograrás desarraigar mi vida
del valle de mis sueños y mayores.
Ya puedes someterme a los rigores
de una inquietud constante y desmedida,
ya puedes repetir la acometida,
multiplicando heridas y dolores.
¡Me quedaré en San Juan!, algo más fuerte
que el temor a perder lo reunido,
en un esguince artero de la muerte
me está atando a la tierra en que he nacido.
Puedes cobrarte el bien que en mi alma has sido
con esta incertidumbre de la suerte.
Y para concluir, la voz huarpe allentyak: “choto mayecnen”, “bien venir”. Bienvenidos.
De esta manera, dejo inaugurado el
“CONGRESO de GENEALOGÍA y HERÁLDICA de SAN JUAN de la FRONTERA”.
Mg. Guillermo Kemel COLLADO MADCUR
Presidente del CENTRO de GENEALOGÍA y HERÁLDICA de SAN JUAN»